Esta es una de mis lecturas favoritas, pues cada vez que la leo me auto-examino para saber si en realidad estoy dejando que la palabra se haga rhema en mí. El salmista nos describe la desesperación del ciervo por el agua, esta comparación nos tiene que llevar a la meditación personal, ¿estamos buscando a Dios de tal manera que no es fingimiento, o apariencia sino una realidad en nuestra vida?
Este salmo nos indica que el Salmista se desesperaba por la presencia de Dios, es necesario principalmente los que ministran o sirven en la Iglesia sean verdaderos, y no apariencia, porque Dios conoce los corazones, y juzga sus intenciones.
Todo tiene su tiempo, Y hoy es cuando tenemos que apasionarnos por aquel que nos ama con amor eterno. solamente hazte esta pregunta
¿estoy realmente apasionado por ti Señor? ¡Recuerda Dios es amor!